En
1924, con sólo 29 años, Edgar Hoover fue nombrado director general del FBI para
que reorganizara la institución. Ocupó el cargo hasta su muerte en 1972,
sobreviviendo a siete presidentes, alguno de los cuales intentó inútilmente
destituirlo. Los archivos que Hoover guardaba celosamente, llenos de secretos
inconfesables de importantes personalidades, lo convirtieron en uno de los
hombres más poderosos y temidos de la historia de los Estados Unidos.